CLASES SOCIALES

Como bien se puede apreciar, esta película se encuentra bañada por una de las  épocas más brillantes y esplendorosas de París como fue La Edad de Oro o La bella época caracterizada por la aparición de relevantes transformaciones sociales, económicas y culturales.
Uno de los aspectos más importantes que podemos destacar sobre este siglo, sería el tema de las clases sociales. 

Se empezó a entrever un conjunto social muy diverso constituido fundamentalmente por la aristocracia y la burguesía, las cuales eran las más poderosas y estables económicamente y finalmente, el proletariado. Todo ello aparece reflejado en la película que estamos analizando, de manera que en la película estaría representada la aristocracia bajo la  figura de la anciana rica y sus gatos que viven con ella en la mansión, y el proletariado sumido en la pobreza que representa Tomás O'Malley, el gato callejero junto a sus amigos que tocan el jazz.
Como podemos ver en “los aristogatos”, se hace una gran distinción entre ambos mundos, semejantes pero muy diferentes el uno del otro. La aristocracia, perteneciente a la altísima sociedad parisina, la cual se preocupaba por recibir una perfecta educación y sobre todo por la riqueza. Entre los aristócratas, era de vital importancia mantener las formas. La elegancia era una de las características principales, y era fundamental llegar a convertirse en caballeros y damiselas a través de los buenos modales. Practicaban el arte de la pintura y la música clásica como la ópera.
Por otro lado, encontramos los “gatos arrabaleros”, es decir, los gatos de la calle, representando esa sociedad tan alejada del lujo y riqueza de esta edad de oro parisina y haciendo contraposición a las “gatas de sociedad”.
Estos gatos arrabaleros siguen una forma de vida diferente. Viven en las calles, les caracteriza su labia, es decir, su forma de hablar, de convencer a los demás por medio de palabras y pasan los días reunidos en buhardillas tocando jazz.
Ambas clases sociales representadas en esta magnífica película tienen un carácter alegre, optimista y soñador, sin abandonar esa forma de vida de la Edad de Oro.
A pesar de sus diferencias, ambas clases sociales se únen y conviven estableciendo un estrecho vinculo como se puede ver en la película cuando Tomás  O'Malley ayuda a Duquesa y sus pequeños gatitos que se encontraban perdidos en medio de la calle. A través de esa amistad que empieza a consolidarse entre los personajes, se reflejan valores de igualdad, compañerismo... compartiendo algo que les hace semejantes: ser gatos, a pesar de que pertenezcan a distintas clases sociales.

Para concluir, podemos decir que en esta película se observan las grandes desigualdades económicas que existían en el París de 1910. Por un lado, la burguesía y aristocracia, extremadamente rica, disfrutando de una vida acomodada y material en la que no les faltaba de nada, mientras que en el polo opuesto se encontraba el proletariado, oculto tras las artes como serían el jazz y otros tipos de música.